VIENTO SOLAR
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El viento solar es una corriente de partículas conformada, principalmente por protones y electrones, que fluye continuamente desde la atmosfera del Sol en un estado conocido como plasma. El campo magnético solar está incrustado en este plasma y fluye hacia el exterior con el viento solar que varía en densidad, temperatura y velocidad con el tiempo y con la latitud solar.
El viento solar puede alcanzar diferentes velocidades y densidades dependiendo de las regiones solares que la producen. Los agujeros coronales producen vientos solares de alta velocidad, alcanzando entre 500 km/s a 800 km/s. En los polos solares, donde existen agujeros coronales grandes y persistentes, el viento solar es rápido comparado con los producidos en el plano ecuatorial solar (la Tierra y los demás planetas orbitan en este plano) donde el viento solar es “lento” alcanzando los 400 km/s. El viento solar en el plano ecuatorial forma la current sheet o lámina de corriente ecuatorial, cuya configuración magnética muestra que por encima de esta lamina el viento solar rápido tiene una polaridad magnética dominante y por debajo una polaridad opuesta.
Durante periodos calmos, es decir sin actividad solar (fulguraciones y eyecciones solares), la lámina de corriente puede ser casi plana. A medida que la actividad solar se incrementa, la superficie solar se llena de regiones activas, agujeros coronales y otras estructuras complejas, las cuales modifican el viento solar y la lámina de corriente. Debido a la rotación solar de 27 días, el viento solar se convierte en una compleja espiral de altas y bajas velocidades y densidades, lo cual luce como “la falda de una bailarina girando”. Cuando el viento solar rápido supera al viento solar lento, se crea algo conocido como una región de interacción corrotante. Estas regiones de interacción consisten en viento solar con muy altas densidades y fuertes campos magnéticos. La ubicación de la Tierra respecto a la lámina de corriente es importante debido a que los impactos del clima espacial dependen en gran medida de la velocidad e intensidad del viento solar y la dirección del campo magnético incrustado en el viento solar.
El viento solar puede alcanzar diferentes velocidades y densidades dependiendo de las regiones solares que la producen. Los agujeros coronales producen vientos solares de alta velocidad, alcanzando entre 500 km/s a 800 km/s. En los polos solares, donde existen agujeros coronales grandes y persistentes, el viento solar es rápido comparado con los producidos en el plano ecuatorial solar (la Tierra y los demás planetas orbitan en este plano) donde el viento solar es “lento” alcanzando los 400 km/s. El viento solar en el plano ecuatorial forma la current sheet o lámina de corriente ecuatorial, cuya configuración magnética muestra que por encima de esta lamina el viento solar rápido tiene una polaridad magnética dominante y por debajo una polaridad opuesta.
Durante periodos calmos, es decir sin actividad solar (fulguraciones y eyecciones solares), la lámina de corriente puede ser casi plana. A medida que la actividad solar se incrementa, la superficie solar se llena de regiones activas, agujeros coronales y otras estructuras complejas, las cuales modifican el viento solar y la lámina de corriente. Debido a la rotación solar de 27 días, el viento solar se convierte en una compleja espiral de altas y bajas velocidades y densidades, lo cual luce como “la falda de una bailarina girando”. Cuando el viento solar rápido supera al viento solar lento, se crea algo conocido como una región de interacción corrotante. Estas regiones de interacción consisten en viento solar con muy altas densidades y fuertes campos magnéticos. La ubicación de la Tierra respecto a la lámina de corriente es importante debido a que los impactos del clima espacial dependen en gran medida de la velocidad e intensidad del viento solar y la dirección del campo magnético incrustado en el viento solar.
Los vientos de alta velocidad generan tormentas geomagnéticas mientras que los de baja velocidad significan periodos calmos del clima espacial. Las regiones de interacción corrotantes y, en menor medida, los cruces a través de la lámina de corriente también pueden causar perturbaciones geomagnéticas. Así que especificar y pronosticar el viento solar es crítico para desarrollar pronósticos de clima espacial y de su impacto en la Tierra.
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